sábado, 30 de noviembre de 2019

Y al fin...

Todo es muy divertido cuando estás en compañía.

Cuando te quedas solo todo se viene abajo.

Y no sabes qué hacer.

Y no haces más que estupideces.

Y luego te odias a ti mismo.

Y luego no puedes decir nada.

Así es, me he convertido en eso. Patético.

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P. D. No contestes.

viernes, 29 de noviembre de 2019

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Quiero gritar y dejar que el viento se lleve todo lo que llevo dentro.
Quiero quedarme vacío y cerrar los ojos para sentir una paz que ya no recuerdo.
Quiero liberarme de la angustia y el miedo, de la ansiedad y la impotencia,
de la rabia y la soledad,
de la envidia y el fatalismo.
Quiero dejar ser esclavo de unos pensamientos que no me dejan,
dejar de rendirme sin presentar batalla,
dejar de sentirme como el último gusano sin esperanza del mundo,
de venirme abajo ante el golpe de una pluma.
Quiero gritar al viento todo esto hasta quedarme completamente vacío,
en un cuerpo muerto, sin entrañas,
sin pulmones y sin una sola preocupación,
y que cuando por fin abra los ojos,
desgarrado, desahogado y satisfecho,
descubrir con alivio que he saltado,
o descubrir por fin que ya no soy yo mismo.

Acróstico

Corazón débil, mente frágil.
Un alma que no sabe más que lamentar.
Apagadas las ganas, todo sabe a nada.
No hay consuelo que dure más que un parche.
Donde no hay voluntad, no hay felicidad.
O acaso es que hay poca oportunidad de ello.
Si no valoras el espejo no hay salvación.
Ira, llanto invisible, tormento y soledad.
En vano gritos en silencio.
Nunca vivo de verdad.
Tanta desdicha provocada por tan poco.
En un vaso tan pequeño tan brutal tormenta.
Sin esperanza por defecto.
Quien pétalos deshoja sólo suspira al vacío.
Unas promesas se tornan tan fácilmente polvo.
En cuanto hay intento, hay fracaso.
En cuanto hay amago, hay abandono.
Recuerdos que duelen más que el presente.
Eternidad condensada en un pasado perseguidor.
Sumo agotamiento, implacable tortura.
Uno mismo es el verdugo, uno mismo es el juez.
Nada hay de bueno a los ojos propios.
Amargura y desprecio son el pan de cada día.
Mentiras, obsesiones, imaginaciones y deseos.
Impotencia y huida ante los anhelos frustrados.
Enajenación ante la vergüenza.
Realidad ignorada por insoportable.
Demonios que devoran la vida que por pasar queda.
Ahora sólo resta aguantar hasta morir.

jueves, 17 de octubre de 2019

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Es que al final no hay ganas de nada. De absolutamente nada. No hay motivación ninguna, ni siquiera por las cosas que se supone que te gustan. Al final vas por la vida arrastrándote de un día a otro sin más propósito que el de ver pasar las horas delante de tu cara. Y claro, llega el inevitable momento en que te preguntas a ti mismo: "Oye... ¿por qué estás vivo? ¿De qué sirve? ¿Para qué quieres estarlo?". Al final te planteas si merece la pena. Si pones en una balanza lo bueno y lo malo y se inclina hacia lo segundo... Si realmente no hay nada que consiga sacarte de esa desidia absoluta hacia todo... Así, la vida simplemente es un accidente, algo que te sucede, pasa ella por ti en vez de tú por ella (juraría que le estoy plagiando esto a alguien). Estás en ella sin vivirla, y no te interesa demasiado, pero estás obligado a hacerlo. Te cuesta sacar energías para cualquier cosa, y sea lo que sea lo que hagas, te tienes que obligar. Y es muy cansado estar siempre así, igual que es agotador estar siempre enfurruñado, rabioso o amargado por algo, incluso cuando te acabas de despertar y sucede sin absolutamente ningún motivo aparente, solamente por recuerdos que despiertan rencores acumulados y que habías conseguido tapar, olvidar, pero no superar, porque vuelven y te joden.

sábado, 7 de septiembre de 2019

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A altas horas de la noche, por las calles,
busco un desahogo que no se halla bajo ninguna luz polvorienta.
No es suficiente esta ciudad, desearía que estuviese más vacía, silenciosa,
desearía verla muerta para así pasear solo eternamente entre sus edificios.
Entre escombros, ruinas, esqueletos de antiguos hogares,
en esos vacíos hallaría mi corazón el reflejo de la soledad;
soledad en la que ahogarse es la única alternativa al consuelo en un mundo de imposibles.
Una cárcel tan vasta y perfecta que sus paredes no poseen ni una sola piedra,
una en la que los sueños y esperanzas son las únicas cadenas.
Por huida solamente un engaño, y no dura el tiempo suficiente.
Aquí terminaré siempre de nuevo,
y lamentablemente la mejor llave es el no tener aliento para salir.

lunes, 1 de julio de 2019

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Míralo ahí, negro en el espejo, ven, ven,
como una loca adolescente vieja que no encuentra acomodo en su cuerpo, su edad, o su vida,
tonta que sueña con cosas que dio, da, dará por imposibles,
ya sólo quiere ver un final,
como acomodarse amodorrada frente a una tele viendo pasar la última película con desgana.
Míralo ahí, siniestro en el espejo, ven, ven,
que a tu morticia inefable invento palabras que no tienen cabida.
Míralo cómo se ríe, cómo llama paseniño, ven, ven,
ya mezclo sin sentido poseído por el sueño que va venciendo en los dedos mientras poco a poco este llanto cambia de significado.
Míralo cómo sujeta, ven, ven,
sujeta la herramienta necesaria para dar fin a todas las almas que esperan tras un trayecto rápido hasta el final de este edificio.
Míralo desde arriba, ven, ven,
mira cómo te llama desde el fondo como un escalofrío al asomarse,
al asomarse al negro pozo de posibilidades que te llama.
Ven, ven.

Grita (por dentro)

Respira hondo, aguanta el aire, GRITA.
Respira hondo, aguanta el aire, GRITA.
Respira hondo, aguanta el aire, GRITA.

Hey, respira hondo, aguanta el aire,

Grita.