sábado, 14 de septiembre de 2013

Poema de dos finales

Qué tranquilidad se respira fuera...
Aquí, la calma se extiende hasta el infinito.
Las ondas plácidas de la suave arena mueren dulcemente
contra la orilla del mar.
Dedos de luz naranja colorean el horizonte
y arden como chispas pequeñas en el agua.