viernes, 11 de febrero de 2022

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Hoy me siento una mierda (ah, qué dura es la envidia), y por fin he entendido (aunque no es la primera vez) lo que en aquella ocasión dijo aquel chico sobre las novelas, en aquel foro.

También he pensado (en realidad lo pensé ayer... ¿o anteayer?) que soy como una especie de cuco social (¿es correcta y/o válida esta analogía? Diría que no): como mi vida está tan vacía y muerta, tengo que vivir a través de las vidas de los demás. Pero ni siquiera son las de los demás, sino a través de la fantasía y la ficción. Mundos imaginarios, personajes inventados y, a menudo, ideales (ff, ii). Como la realidad es demasiado gris, es más atractivo vivir en lo opuesto (como en aquella película; pero claro, esto no es una película; debe de haber algo de ironía en alguna parte). Es la única forma de obtener algo parecido a una existencia emocionante.

Lo conveniente sería aceptarse, pero no es fácil.

Bien, es hora de buscar escaso consuelo (lo justo para sobrevivir) y atontar la cabeza. Lo mejor serán los videojuegos.