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Esta roña no se lava con agua caliente,
ni se lava por mucho que
metafórica o literalmente
llores.
Vago, difuso, aleatorio,
insatisfactoriamente insuficiente.
Es imposible alcanzar el zen
cuando tu cabeza está cen
trifugando y a solas cen
tenares de pensamientos
quieres ahogar con un
"Sálvame" (por favor).
Grito mudo, contradicción invisible
escrita en todas partes
menos en los labios que debieran decirla.
Rabia contra tantas cosas inespecíficamente,
el detalle se diluye entre la marea de detalles.
Cuando el agua hierve hasta alcanzar
el peligroso límite de la olla
giras la ruleta del fuego
y ahogas con la almohada social
esas mordaces voces en tu cabeza.
Pero claro,
en estos tiempos de crisis realista
uno corre el riesgo de volverse majareta.